lunes, 26 de junio de 2017

DESPUES DEL 25 DE JUNIO

El final de la manifestación de ayer deja una mezcla de tristeza y esperanza. El joven policía nacional que protegía hoy la CHE, bien podía ser hijo del Guardia Civil que nos amenazaba en Yesa cuando, muchos de los que hoy han estado con la gente de la Galliguera, estuvieron contrarrestando la primera piedra del recrecimiento de Yesa que había colocado Jaume Matas (antes de sospechar que acabaría en la cárcel) en los días de esplendor del primer gobierno de Aznar. Misma mirada del policía que no ve, misma frialdad de la administración que no mira y mismos intereses de la oligarquía agraria aragonesa que no mira porque no quiere ver.
Para muchos son más 20 años de manifestaciones, pancartas, viajes a Madrid a encadenarse bajo la estatua de Franco que aun estaba a las puertas del Ministerio de Medio Ambiente. Más de 20 años convocando a los medios de comunicación para explicarles lo que sus dueños quieren silenciar. Más de 20 años viendo como los políticos emergentes buscan la foto que les haga simpáticos y activistas ante su semillero de votantes. 
En estos años se ha participado en todo tipo de encuentros, foros e iniciativas de mediación que, en unos casos han dado cierta visibilidad a los conflictos que continúan en todo su apogeo y en otros han servido de mercadillo para favorecer a más de un político que se ha llegado a ver sentado en el banquillo de los acusados.
La puerta giratoria de la CHE ha permitido que un ex-presidente de la misma sea el redactor de este “nuevo/viejo” proyecto. La comunidad de regantes y ACUAES ha debido de considerar que la consultoría de Tomás Sancho era la más adecuada para volver inscribir en el Boletín Oficial, los anhelos por detentar la propiedad del agua del Gállego a la espera del mejor uso que el tiempo pueda aconsejar.
Nos viene a la memoria cuando, a comienzos de este siglo, junto a Benigno Blanco, Carlos Manuel Escartín, José María Vizcaíno, José R. Fernández Lastra, Francisco Fiteni y el ex comisario de Aguas de la Confederación y director del proyecto del embalse de Santaliestra, Miguel Zueco estuvieron imputados por falsedad documental, riesgo catastrófico, prevaricación y algunos cargos más que la hemeroteca tiene en sus archivos. En aquel momento una oportuna operación de participación ciudadana, conocida como Iniciativa Social de Mediación, concilió la renuncia a la regulación del Esera en Santaliestra con la retirada de las querellas criminales que pendían sobre los citados.
Entonces como hoy vivimos la tristeza y la esperanza. Esperanza porque se cerraba el sufrimiento de un pueblo y de un valle que veía como se alejaba el peligro de un pantano que llevaba en danza desde los años 70 y tristeza porque sabíamos que aquellas querellas eran una oportunidad de oro para cambiar la política  hidráulica en España. Como la mayor parte de los cambios que auspicia y acepta el stablishment, todo cambió para que todo siga igual.
En estos más de 20 años el bipartidismo nacional que en Aragón es triple, han legislado y organizado las cosas para que el agua se pueda comprar y vender, eso si garantizando a las masas que en algún momento ha salido a la calle al grito de “Aragón agua y futuro”, que el Ebro es una unidad de destino en lo universal y que ningún trasvase nubla el horizonte.
Después de más de 20 años, los antiguos políticos emergentes siguen haciéndose fotos en medio de la reivindicación mientras muchos de los nuevos están entre la masa de buenas personas que esperan que unos y otros sepan utilizar su presencia en las instituciones y su capacidad de movilización para que esta vez, después de 30 años, la Galliguera pueda ser el espacio de convivencia entre el la naturaleza y sus habitantes en el que todos podamos compartir la libertad del río.
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