domingo, 3 de abril de 2016

2016. NO AL NUEVO PLAN HIDROLÓGICO

La Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET) inicia una campaña de información sobre el nuevo modelo de trasvases que traería un nuevo Plan Hidrológico Nacional.
Como estos nuevos trasvases no van a ser tan evidentes ni tan visibles como los del PHN del año 2000, es más fácil que pasen desapercibidos y que no provoquen la contestación social que provocó aquél. Por eso es importante informar a los colectivos, asociaciones y partidos y a la sociedad en general de como se constituiría y funcionaría este nuevo modelo de trasvases.
Como comienzo de la campaña, la coordinadora amiga, lanza esta declaración que copiamos a continuación con la intención de hacerla pública el día de San Jorge, el 23 de abril. Para ello se busca contar con el apoyo de la mayor cantidad de colectivos sociales, ecologistas, o partidos políticos que consideren que coinciden con sus propuestas.
El 23 de abril se dará a conocer en Murillo de Gállego y en Zaragoza y hay en marcha varias iniciativas. Junto a la necesaria recogida firmas se realizará un photocall con todas las personas que deseen identificarse "contra los trasvases y por los ríos vivos". 
COAGRET agradece la difusión de esta iniciativa.
Nuestra Red de Agua Pública se adhiere a este manifiesto y da su apoyo.


23 DE ABRIL 2016
NO AL NUEVO PLAN HIDROLÓGICO DEL EBRO

POR UNA NUEVA CULTURA DEL AGUA
Defendamos nuestros ríos contra la mercantilización del agua y la nueva amenaza de trasvases.


Colectivos sociales y ambientales y grupos políticos se unieron hace ya 15 años para paralizar el Plan Hidrológico Nacional del año 2000, que pretendía realizar el trasvase de 1000 hm3 del Ebro hacia el levante y Barcelona.

La aprobación en 2015 de un Plan de cuenca similar al de aquel momento y las recientes modificaciones de las Ley de Aguas realizadas en esta legislatura dejan la puerta abierta a un nuevo Plan de trasvases.

El actual Plan de cuenca vuelve a infravalorar los caudales ecológicos que necesitan el eje del Ebro, su Delta, y todos sus afluentes para ser realmente ríos vivos. También vuelve a proyectar grandes presas como el Recrecimiento de Yesa, Biscarrués o Mularroya, que resultan, para toda la sociedad, económicamente ruinosas, impactantes medioambientalmente y destructivas para los pueblos afectados y para la agricultura tradicional. Unas, por su riesgo geológico, suponen un peligro real para la vida de miles de familias, como en Yesa. Otras como Biscarrués suman su impacto al de la contaminación por lindano de todo el Gállego. No obstante el Plan del Ebro sigue alimentando demagógicamente la expectativa de casi medio millón de nuevas hectáreas de regadío, tan sin que exista argumento que las justifique económicamente, inviables en la vigente perspectiva de cambio climático, aumentando la vulnerabilidad del regadío actualmente existente.
Al igual que el anterior Plan Hidrológico Nacional y el anterior Plan del Ebro de 2012, esas grandes obras y la pretendida reserva de millones de metros cúbicos para esos nuevos regadíos, constituyen la base de la nueva estrategia trasvasista presentada por el Gobierno. Esto es así porque por las sucesivas reformas legales que ha ido haciendo el Ejecutivo, estos nuevos derechos de riego, podrán venderse y alimentar el negocio del agua y los futuros trasvases que se planteen al margen de la planificación que exige la DMA.
Esta mercantilización de derechos concesionales, más allá de suponer la privatización del agua y de los ríos, consolida hoy el nuevo modelo de trasvases. Con esos cambios legales, la decisión de trasvasar caudales, no requiere evaluación ambiental estratégica, ni autorización en el Plan de Cuenca, ni aprobación por el consejo del Agua de la cuenca, ni trámite parlamentario alguno; basta una decisión política de la Dirección General de Aguas, dependiente del Gobierno central.
Por todo ello, una vez más, en el día de Aragón, las organizaciones y ciudadanos abajo firmantes, llamamos a todos los aragoneses, aragonesas y a los vecinos de toda la cuenca a levantar un nuevo movimiento contra esta nueva estrategia trasvasista y privatizadora que amenaza la vida de nuestros ríos y el bienestar de nuestros pueblos, tanto de Aragón, como del resto de la cuenca. 

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