Entre estas carencias se encuentra la
falta de atención a las amenazas particulares que afectan a las masas de agua
del Sur de Europa. De manera, que
las organizaciones firmantes quieren poner de manifiesto esas problemáticas y
proponer soluciones, como por ejemplo, que la Directiva Marco de Agua (DMA)
prevalezca como principio guía y condicione cualquier otra acción de la UE que
presente algún tipo de impacto sobre los recursos hídricos. Esta propuesta
responde a algunos casos en los que la UE ha financiado proyectos que
dificultan o contradicen los principios y objetivos de la DMA; práctica que
hace imposible que se alcance un buen estado de las masas de agua.
Asimismo, la presentación de este
documento pretende ser una llamada de atención ante las ambigüedades de
determinados artículos que son utilizadas como vía de escape por parte de las
administraciones. Esta es una forma de denunciar que los estados miembros están
abusando de las excepciones, y la única manera de conseguir que el marco
legislativo en materia de agua sea eficaz, es eliminando o restringiendo al máximo
estas deficiencias.
Otras propuestas tienen que ver con la
definición de los caudales ecológicos, el orden de preferencia de usos del
agua, la defensa y garantía del derecho humano al agua e incluso, la protección
de acuíferos y zonas sensibles frente a la amenaza de la fractura
hidráulica, y un largo etcétera hasta
llegar a sesenta instancias.
Las organizaciones promotoras del
documento consideran que es necesario avanzar también en medidas para evitar la
contaminación química de las aguas o en la consideración del papel que el
cambio climático jugará en la disposición de recursos hídricos.
Durante la reunión también se ha hecho
hincapié en casos concretos donde el Gobierno Español abusa de las ambigüedades
presentes en la normativa comunitaria en materia de aguas.
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